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La formación de los niños, niñas y jóvenes es asunto de todos

Al iniciar un nuevo curso lectivo, es indispensable que los padres y madres recuerden cuál es la verdadera esencia de los centros educativos y su función en la formación de las personas menores de edad.


Debemos tener claro que las escuelas y colegios complementan la acción formadora de la familia y cumplen una labor educativa, que se somete a normas, reglamentos, planes y programas de estudio, así como a disposiciones disciplinarias, sistemas de evaluación y de promoción.


No podemos perder la perspectiva que hay una importante cuota de contribución por parte de los padres y madres de familia y que todas las responsabilidades educativas no pueden recaer sólo en los docentes y demás colaboradores de los centros académicos.


Durante el paso por la primaria y la secundaria, los niños, niñas y jóvenes se preparan para la vida laboral, pero además, este proceso representa un momento ideal para socializar, es decir, compartir con personas ajenas al círculo de la familia.


El trabajo que realizan los docentes, debe complementarse con la labor de los padres y madres. Es necesario que siempre muestren gran interés sobre el aprendizaje de sus hijos e hijas.


Estar atentos y atentas desde el inicio de clases, nos permitirá fiscalizar mejor el correcto desenvolvimiento de las personas menores de edad, eso sí, sin asumir las responsabilidades que les compete a ellos, como estudiantes.


En ese sentido, yo insto a todos los padres y madres, a tomar en consideración algunos aspectos relevantes, para estar al tanto del proceso de aprendizaje de sus hijos.


Es importante que conozcan las disposiciones reglamentarias que norman la vida del plantel educativo y que supervisen diariamente que sus hijos e hijas cumplan con sus deberes como estudiantes, que asistan a lecciones, realicen sus tareas y se preparen para los exámenes académicos.


Le invito a preocuparse más porque su hijo o hija realice una adecuada distribución y equilibrio entre el tiempo libre y el estudio. Converse con ellos acerca de los problemas o dificultades en su aprendizaje, pero también, enfóquese en resaltar sus éxitos y fortalecer sus habilidades y destrezas.


Estar al tanto de los periodos de prueba y solicitar un calendario de los exámenes, nos permitirá llevar un mejor control sobre el ciclo lectivo y el desarrollo de nuestros hijos e hijas.


Es necesario que como padres y madres de familia, no desatendamos a nuestros hijos e hijas, por ello, debemos visitar regularmente la escuela o el colegio, con el objetivo de poder identificar a tiempo alguna dificultad o problema.


En caso de que algo negativo esté ocurriendo, lo mejor será dialogar con la directora o director, los docentes y la persona profesional en orientación, de esta manera, podrá contar con mayores posibilidades de solucionar con éxito los obstáculos que puedan presentarse. De ahí la necesidad de acatar los consejos de los expertos ante problemas de conducta.


Recuerde que debemos colaborar no sólo con aspectos materiales, nuestro aporte como padres y madres va mucho más allá, y consiste en ser los principales formadores de los niños, niñas y jóvenes, pues esto no es responsabilidad exclusiva de los docentes.


Establecer un canal de comunicación con los maestros, nos permitirá estar siempre enterados del desarrollo académico y social de nuestros hijos, y así, podremos evitar sorpresas que, al final del curso lectivo, podrían ser nada agradables.


Rocío Solís Gamboa. Presidenta de la Comisión Costarricense de Cooperación con la UNESCO.


Vea la noticia en: Rumbo Económico


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